La historia de Nillareth Gallardo Ramírez y su pareja Stéphane Jalbert es una verdadera oda a la naturaleza y la belleza salvaje de Costa Rica. Esta pareja quebequense, cautivada por el país durante un viaje turístico, transformó su pasión en una aventura extraordinaria con la creación de Villa El Tucan, ubicada en Bijagua de Upala, entre los majestuosos volcanes Miravalles y Tenorio.
Habiendo descubierto Costa Rica por primera vez como turistas, entienden perfectamente las expectativas y sueños de quienes visitan el país. Su hospitalidad se basa en esta comprensión íntima de las necesidades de sus huéspedes, ofreciendo una experiencia auténtica en armonía con la naturaleza y la cultura local.
Una pasión por la naturaleza en el corazón de la experiencia
Su misión es simple: ofrecer a los visitantes una inmersión única en la espléndida naturaleza de Costa Rica. “Somos, ante todo, amantes de la naturaleza que comparten su pasión por esta región”, dice Nillareth. En Villa El Tucan, cada estancia está diseñada como un verdadero encuentro con la fauna y la flora locales, en un entorno tranquilo y rejuvenecedor.
Este entorno idílico, marcado por la imponente presencia de los volcanes, inspira cada detalle. Lo que antes era solo un campo es hoy un refugio tropical exuberante, donde los visitantes pueden disfrutar de la tranquilidad mientras admiran la naturaleza que los rodea. El nombre de la villa fue inspirado por un momento mágico: la visita de catorce tucanes, posados en un árbol en la propiedad, inspiró a Nillareth y Stéphane a nombrar su dominio “Villa El Tucan”.
Villa El Tucan está ubicada en una región bendecida con una biodiversidad rara, donde los visitantes pueden observar tres especies de tucanes y dos especies de perezosos, emblemáticos de esta selva tropical llena de sorpresas. El clima, templado por la altitud, ofrece días soleados ideales para la exploración y noches frescas, perfectas para relajarse después de un día de aventura. El volcán Miravalles se eleva a una altitud de 2.028 metros (6.654 pies).
Los volcanes Miravalles y Tenorio le otorgan a la región su carácter único. Miravalles, el volcán más alto de Guanacaste, es conocido por sus aguas termales y fenómenos geotérmicos, mientras que el Tenorio, con su famoso parque nacional, alberga el espectacular río Celeste. Este río, cuya coloración turquesa se debe a los minerales volcánicos, es una verdadera joya natural, invitando a los visitantes a explorar sus senderos encantadores y sus cascadas de ensueño.
Una experiencia a medida, en armonía con la naturaleza
En Villa El Tucan, cada detalle está pensado para ofrecer una experiencia íntima y personalizada. Las villas, decoradas con esmero, no llevan números sino que están identificadas por colores distintivos, un guiño a las tradiciones locales. Esta atención al detalle también se refleja en la cálida bienvenida de Nillareth y Stéphane, quienes convierten cada estancia en un momento único, profundamente enraizado en la cultura y la naturaleza que los rodea.
Las actividades alrededor de la villa refuerzan esta conexión con la naturaleza. Senderos bordeados de árboles frutales siguen el río para paseos tranquilos, mientras que las excursiones nocturnas permiten descubrir la fauna bajo una luz diferente. Cerca, las cascadas de Bijagua y la famosa cascada del Río Celeste completan esta experiencia, ofreciendo momentos inolvidables de asombro.
Una estancia inolvidable en el corazón de la naturaleza
“En Villa El Tucan, no queremos solo ofrecer una estancia, sino crear momentos inolvidables donde cada instante sea una invitación a ralentizar y apreciar la belleza de Costa Rica”, subraya Stéphane. Este oasis de paz, enclavado entre volcanes y biodiversidad, es una verdadera invitación a reconectar con lo esencial y vivir momentos de contemplación en total armonía con la naturaleza.
Ya sea para explorar las maravillas geológicas de los volcanes o sumergirse en el esplendor de la fauna local, Villa El Tucan ofrece a sus visitantes una aventura memorable, donde cada estancia se convierte en una experiencia profundamente conectada con el entorno que la rodea.
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